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MELGAÇO, DO MONTE À RIBEIRA

História e narrativas duma terra raiana

MELGAÇO, DO MONTE À RIBEIRA

História e narrativas duma terra raiana

CONTRIBUTO PARA A HISTÓRIA DO CONTRABANDO

melgaçodomonteàribeira, 08.03.13

 

Nos montes de Fiães

 

 

GANADO DE CONTRABANDO EN LA FRONTERA

 

HISPANO-PORTUGUESA

 

 

Unas 78.000 cabezas de ganado vacuno pasan ilegalmente al año

 

por un solo punto de la raya divisoria

 

 

Eduardo Barrenechea, / Orense/ 23 ENE 1983

 

 

Cerca de 80.000 cabezas de ganado vacuno – en vivo – son trasvasadas anualmente entre España y Portugal al cabo del año. Ello representa un valor no inferior a los 4.000 o 5.000 millones de pesetas, y eso considerando que hemos tenido en cuenta un solo punto de la frontera hispano-lusitana en tierras de Orense. Es un contrabando menos espectacular y conocido que, por ejemplo, el del tabaco rubio – del que se han escrito ya multitud de reportajes –, pero su montante económico es superior. Por otra parte, es un contrabando exclusivamente peninsular, mientras el del Winston procede y pertenece a redes internacionales.

 

ENVIADO ESPECIAL, “Ahora”, nos dice R. R. C., “venimos a pasar unos mil terneros mamones de Portugal a España y llevamos allí entre 250 a 300 vacas, en su mayor parte viejas o enfermas de tuberculosis”. Es decir, se trasvasan de España a Portugal, y viceversa, unas 78.000 cabezas de vacuno en vivo al cabo del año, lo cual representa un valor aproximado y nunca inferior a los 4.000 o 5.000 millones de pesetas anuales. “Nos habían indicado que este tipo de contrabando había casi desaparecido...”. “Al revés. Allá por octubre de 1980 – cuando le conoci a usted – se pasavan unas 30.000 cabezas de ganado, casi en exclusiva viejo o enfermo y sólo de España hacia Portugal. Ahora, ya le digo, cuando se pasa con la peculiaridad de que – al igual que sucedió trás la revolución de los claveles lusitana – se ha incrementado terriblemente el contrabando de terneros portugueses a España.”

 

Se calcula que, por ejemplo, cada año entra pelas rias gallegas tabaco rubio por valor de unos 4.000 millones de pesetas, y que el fisco deja de ingresar casi 2.000 millones de pesetas por este concepto. Asimismo, una cantidad casi imposible de evaluar corresponde a la entrada fraudulenta en España de aparatos de radio, vídeos, magnetofones, etecétera. Y ello, sin contar la compra del fin de semana que los gallegos hacen en las localidades lusitanas de Viana do Castelo e alrededores, cargándose de leche, mantelerías, etcétera, asi como del encargo de muebles artesanos. La cuestión llega a los extremos de que uno encarga una vajilla, una radio, una televisión en Viana o otros pueblos y, a la semana, ese artículo le es llevado al cliente español a su domicilio sin previo pago o señal alguna.

 

Este és el tripede en que se asienta en la actualidad el floreciente contrabando galaico-portugués tras una década (1965-1975) en la que la alegría del desarollo económico a escala mundial parecía haber arrumbado al recuerdo histórico aquellos años célebres en que se traficó con el wolframio, las piedras de mechero, las medias de cristal y el célebre café Jeito en Portugal.

 

Aún restan algunas ancianas en perdidas aldeas orensanas, zamoranas y salmantinas, con la cadera deformada como fruto de transportar aquellos pesados fardos de hasta cincuenta kilos de café de peso conteniendo Sical o Jarruco, calidades de café en grano más apreciadas por los españoles.

 

“Trás la guerra civil” – me cuenta en la localidad portuguesa de Adedela un viejo contrabandiata ya retirado, Zé Francisco (o al menos así dijo se llamaba) – “hacíamos contrabando de gallinas y huevos. Nos daban una peseta por gallina que llevábamos hasta España” (que está situada a menos de trecientos metros de donde estábamos conversando).

 

El 25 de Abril

 

Tras la revolución del 25 de Abril de 1974, para los contrabandistas de la raya de Portugal se inició un nuevo periplo. Gente avispada aprovechó en Portugal el acceso al poder de las izquierdas y el gran predicamento comunista de los mandos militares de entonces para unir sus voces plañideras a la de los padres del norte lusitano, caracterizados por su reaccionárismo, y propalar que con la llegada de los comunistas poco menos que todo iba a ser comunal y repartido, desde los terneros a las mujeres... Y los campesiños minhotos (del Minho) se asustaron. Pronto aparecieron unos personajes que compraban a bajo precio los terneros lusitanos que luego pasaban clandestinamente la frontera para venderse en España. A partir de 1977 fueron las vacas españolas las que hacian preferentemente el camiño hacia Portugal. Y ahora, desde hace año y medio aproximadamente, han sido los terneros portugueses los que han vuelto a pasar clandestinamente la frontera.

 

“Por qué?”

 

“Mui simple”, indica J. C., “los portugueses son pobres y tienen que vender lo poco de rico que tienen, los terneros, y no tienen más remedio que aceptar el ganado viejo, en muchas ocasiones enfermo (lo que no quiere decir que no pueda consumirse en absoluto) que les enviamos. Ellos no pueden permitirse el lujo de comer carne de vitela (ternera)”.

 

Los ‘portillos’ del contrabando

 

Al parecer, ay diversos puntos o portillos clandestinos por los que se pasa o se trae el ganado entre España y Portugal. Algunos señalan que Verín es el punto principal. En realidad, son las provincias de Zamora y Orense donde se centra este tipo de contrabando por no menos de cinco o seis puntos. “No sé por qué tienen ustedes que venir a incomodarnos a nosotros”, nos decía un personaje apodado el Rapido. “Hay otros puntos más importantes. Ustedes van contra nosotros”, y lo único que hacemos es trabajar como ustedes”. “Por qué no escriben sobre los emigrantes clandestinos portugueses que trabajan en toda la raya fronteiriza? Por qué no hablan de que hay todavía nenos, que no tienen escuela ni sus aldeas luz, carreteras, teléfono?”.

 

Lo cierto y verdad es que además de por Verín acaso el punto más importante del contrabando de vacas y terneros se haga por una decena o menos de kilómetros que van desde el puesto fronteirizo hispano-portugués de Puente Barjas-San Gregorio. En concreto, el tráfico se realiza de manera preferente entre el pueblo de Cela y el portugués de Adedela, que corresponden a los municipios de Padrenda, el español, y de Melgaço, en Portugal.

 

Vacas y toros son comprados en España no sólo en terras gallegas, sino en Léon, Salamaca, Zamora, etcétera, e llevados en camiones hasta localidades proximas (Celanova, La Merca, etcétera) y esos camiones van avalados legalmente por unas guías. Desde estes puntos intermedios se acerca el ganado hasta lugares fronteirizos, donde es metido en currales y alimentado con pienso hasta la hora de un trasvase definitivo a Adedela, donde otros camiones lo reparten luego por mataderos clandestinos de Portugal. Los intermediarios de los pueblos cobran unas 3.000 pesetas por vaca y 10.000 por toro, y los encargados de hacerles saltar la frontera (en general rapaces y mujerucas) cuebran quinientas pesetas por vaca y mil por toro, más o menos. El paso es mui fácil. Entre España y Portugal sólo hay el denominado río Trancoso, que no pasa de ser un simple regato de un metro o metro y medio de ancho e sin calado. Además se cuenta con tres o cuatro puentes de madera.

 

El tema es en si bastante grosero y soprende la escasa vigilancia sobre él. Es vox populi, igual que los nombres de los que lo manejan. Bastaría que las autoridades correspondientes se dieran cuenta – lo que no parece entrañe demasiadas dificultades – de que los miles de kilos de carne en vivo que llegan a lugares como Celanova, La Merca, etcétara – semana tras semana –, es totalmente imposible que sean consumidos por los escasos habitantes de estos núcleos rurales. Tocarían a un consumo por cabeza semanal de miles e miles de kilos de carne.

 

(Continua)